
Zaragoza, cuaderno urbano VII – «La bóveda del albergue»
Albergue turístico, con un sótano musical abovedado, en el popular barrio del Gancho, en la calle Predicadores, 70, entre las murallas romanas y el teatro del Mercado.
Paralelo al paseo Echegaray y al río Ebro, hace 2000 años el barrio eran los extramuros de la Zaragoza romana, de Cesaraugusta.
Una escalera estrecha desciende al subsuelo abovedado. Arcos ojivales y paredes revestidas de ladrillo. La luz es tenue, el local alargado. Una barra de bar lateral, un escenario al fondo a la izquierda,algunos sofás y sillas, componen el mobiliario desde donde, tomando alguna consumición, escuchas a los músicos en una atmósfera de colores que proyectan los focos de iluminación.
He ido algunas veces. Aunque predomina un público joven, hay también edades medias , incluso algunas, como la mía, más que maduras. Tiene el local cierta bohemia que propicia su ambiente, pero se percibe el clima grato de los sitios donde los habituales se han ido aposentando para participar de esas jornadas de música en vivo, con la familiaridad de lo informal, en la que con una cerveza en la mano y la proximidad con los artistas te integras de forma natural.
Es el jazz, probablemente, el que predomina en su programación, pero es un espacio abierto a otros artistas, a presentaciones poéticas, a esporádicas exhibiciones de pintura. Es en definitiva un espacio para arte y para cultura. En vivo y en directo.
IMÁGENES: En cabecera y texto imágenes de diferentes músicos artistas en una de las sesiones “Domingos de jazz” en “La Bóveda del Albergue”.
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